El aceite de oliva, y particularmente su categoría virgen extra -la mejor de todas-, es un alimento realmente extraordinario. Su composición química rica en ácido oleico, le otorga propiedades muy beneficiosas para nuestra salud, ayudando a prevenir enfermedades tan distintas como la osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, cáncer y gastritis.
Hacia finales del siglo XX, una serie de investigaciones en torno a las características fisicoquímicas del aceite de oliva y sus aportes nutricionales al cuerpo humano, confirmaron los tremendamente beneficiosos resultados que derivan de su ingesta regular.
La composición del aceite de oliva
Este apreciado alimento, típico de la dieta mediterránea, es rico en ácidos grasos, entre los que destaca el denominado ácido oleico, que compone alrededor de un 75 % de los ácidos grasos contenidos en este alimento.
En menor proporción, también contiene ácido palmítico y ácido linoleico. También posee cantidades reducidas de vitamina E. La clave es que sea virgen extra Los aceites de oliva virgen y virgen extra son productos que se obtienen mediante procedimientos mecánicos, lo que les hace más genuinos, y naturales de este tipo de aceite.
Se les denomina de hecho como zumo de las aceitunas, y se elaboran a partir de la primera presión de aceitunas frescas recién cosechadas Su acidez no excede de 0,8 % de ácido oleico por cada 100 gramos, siendo esta variedad de aceite de oliva la que aporta mayores beneficios a nuestra salud y nutrición.
El aceite de oliva virgen extra y las enfermedades cardiovasculares
Su composición rica en ácido oleico, contribuye a disminuir de forma considerable los niveles de colesterol LDL -o lipoproteína de baja densidad-, conocida popularmente como colesterol malo, debido a que éste tipo de lipoproteína tiende a solidificarse en las arterias, formando lo que se denomina técnicamente como una placa de ateroma. El ateroma es una lesión que se produce cuando un exceso de LDL en la sangre se incrusta en la pared de una arteria.
Los glóbulos blancos llegarán al lugar de la lesión para desechar el exceso de LDL, pero si la cantidad de LDL es muy grande, terminarán agolpándose sobre el cuerpo, formando una veta de grasa que se incrustará en la pared arterial. La acumulación de LDL en las paredes arteriales, con la consecuente formación de placas, es lo que se conoce como arterioesclerosis. La enfermedad coronaria ocurre cuando la acumulación de placa se encuentra en las arterias del corazón -arterias coronarias-. Hace que las arterias se endurezcan y se estrechen, lo que disminuye o finalmente bloquea el flujo de sangre hacia este órgano, y a la larga puede conducir a un fallo en el funcionamiento del músculo cardíaco, aumentando peligrosamente la posibilidad de que ocurra un infarto. El aceite de oliva virgen extra ayuda, por lo tanto, a prevenir de forma importante las enfermedades cardiovasculares. Beneficios sobre el sistema digestivo
Un beneficio del aceite es que contribuye a la reducción de la secreción gástrica –jugos gástricos-, disminuyendo el riesgo de contraer enfermedades como gastritis o reflujo, producidas por un exceso de acidez. Asimismo, tiene propiedades antiinflamatorias, y contribuye de forma directa a mejorar el funcionamiento del hígado, páncreas y bilis. A nivel intestinal, sus propiedades lubricantes tienen un suave efecto laxante, que ayuda a combatir el estreñimiento. Por otro lado, permite mejorar la absorción de nutrientes en el tracto intestinal.
El aceite de oliva virgen extra ayuda a reducir el riesgo de cáncer .Varios estudios científicos han arrojado un resultado muy interesante, que señala una conexión entre la ingesta de aceite de oliva y una menor propensión a diversas formas de cáncer. En los países mediterráneos, que son de hecho los principales consumidores de este elixir, se observa una menor incidencia de varios tipos de cáncer, en comparación con países del norte de Europa y los Estados Unidos, cuya ingesta es notablemente menor. Investigadores han determinado que el contacto de las células del cuerpo humano con los ácidos grasos contenidos en el aceite de oliva virgen extra provoca un cambio en la estructura de la membrana celular, que tiene como efecto adicional una ralentización de la división celular -es decir, la mitosis se hace más lenta-, lo que permite reducir de manera importante la posibilidad de aparición de células cancerígenas. Incluso sobre la salud de nuestros huesos, el oro líquido nos aporta beneficios En lo que respecta al sistema óseo, el aceite de oliva contribuye a una absorción apropiada de los minerales que componen nuestros huesos, por lo que su ingesta es ampliamente recomendada en personas de edad avanzada, a fin de evitar la pérdida de calcio natural, que se produce como consecuencia del proceso de envejecimiento de nuestro organismo, ayudando a prevenir las posibilidades de aparición de patologías como la osteoporosis. Asimismo, también contribuye al desarrollo y crecimiento saludable de nuestros huesos, por lo que su consumo también es bastante recomendado en los niños y adolescentes en etapa de crecimiento.
El aceite de oliva virgen extra es sin duda un alimento extraordinario, que nutre nuestro organismo y lo hace más fuerte y saludable. Su consumo puede elevar notablemente nuestra calidad de vida. Consumirlo es ganar nutrición, salud y, por ende, calidad de vida.