Ubicada en la carretera de Cariñena, en la pequeña localidad aragonesa de Belchite se erige desde hace más de 100 años la Almazara de Jaime, Aceites AJD. Una productora de aceite de oliva de la máxima calidad que lleva décadas exprimiendo del campo del bajo Aragón un producto que le ha valido ya premios internacionales de primer nivel.
Nuria y Sandra Jaime han decidido mantenerse en Belchite para explotar este negocio familiar y hacerlo con éxito después de tantos años. Ingeniera industrial de formación, Nuria Jaime explica orgullosa cómo han perfeccionado su producto centrándose en la calidad de la oliva que extraen del campo y reduciendo al máximo los tiempos entre la recogida y su llegada a la almazara.
Un proceso que nunca excede de las 3 horas y que permite que el aceite tenga la máxima frescura y calidad. El mimo en la cosecha y elaboración de este auténtico oro líquido ha hecho a los aceites de las hermanas Jaime merecedores del galardón Diploma Gourmet en el concurso internacional de Aceites del Mundo-AVPA que se celebró en París en 2016 con su «Capricho Aragonés».
Almazara de Jaime ha recibido los años 2005, 2008, 2009 y 2011 el Premio a la Calidad que otorga la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón. Además, en 2007 y en 2010 ha obtenido el Primer Premio al Mejor Aceite Virgen Extra del Bajo Aragón. Este reconocimiento ha sido otorgado oficialmente por la D.O. dependiente de la Diputación General de Aragón.
Además, recientemente ha sido reconocida como empresa Centenaria por la Cámara de Comercio de Zaragoza a través de la fundación Basilio Paraíso. Unos galardones que vienen a reconocer un trabajo profesional y apasionado por mantener una tradición respetando el producto y el proceso. «He decidido quedarme en Belchite porque mi familia siempre ha estado en Belchite» Para las hermanas Jaime mantener el negocio tradicional de la familia no ha sido una imposición, sino una elección consciente. «El campo tiene muchas posibilidades» dice Nuria Jaime, oportunidades laborales como las que ellos mismos ofrecen en su almazara sin mucho éxito, ya que, tal y como confiesa, «nosotros tenemos problemas para encontrar empleados para la almazara».
Quedarse en el pueblo, permanecer en Belchite, que para algunos vecinos puede significar un fracaso, para Nuria y Sandra es todo un privilegio, ya que saborean, no sólo la satisfacción de ver crecer un producto al que les unen lazos casi genéticos, sino también la tranquilidad de la vida en el campo. «He decidido quedarme en Belchite porque mi familia siempre ha estado en Belchite», dice Nuria y añade que «el campo ofrece una calidad de vida y una nata». Llegar a todo el mundo Como Nuria, su hermana Sandra también se confiesa una amante de la vida en el campo y una auténtica enamorada de la almazara familiar. Pero la pasión que ponen estas hermanas en la producción de su aceite, por sí mismo, no hubiera permitido que el fruto dorado de su trabajo, ese líquido preciado y virgen extra que exprimen de sus aceitunas, sea saboreado por paladares de todo el mundo.
«Con Correos Market podemos llegar desde un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza a todas las capitales de España y, por qué no decirlo, también de Europa» Sandra Jaime explica cómo la inicaitiva Correos Market que abandera Correos, «nos ayuda a llegar a todas las partes de España», haciendo más interesante aun su decisión de permanecer en el campo. «Con Correos Market podemos llegar desde un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza a todas las capitales de España y, por qué no decirlo, también de Europa». Nuria y Sandra, estas aceiteras de Belchite, son la viva imagen de que «las mujeres también tenemos nuestro sitio en el campo».
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